Estoy totalmente de acuerdo con lo que escribe hoy Alberto Barrera en su artículo en El Nacional. Las ideas que expresa son contundentes. Apátrida. Así me he sentido desde hace varios años. Y a veces casi que culpable, de ser oligarca, de haber podido estudiar en una universidad (buena y pública), de haber trabajado en PDVSA. Ingrata sensación de zozobra, de pronto el mundo está al revés, lo bueno es malo y lo malo bueno es.
Satisface sentir como se reafirman sentimientos cuando se lee: "Por supuesto que sí: somos unos apátridas. No lo susurramos con vergüenza, además". Y no lo digo por encontrarme fuera de la frontera, sino por esa sensación de exclusión que nos han impuesto, acompañada de un inútil revanchismo, also así como "ahora les toca a Ustedes para que aprendan".
1 comentario:
No solamente Barrera ha hablado sobre ello. Mucha gente ha comentado sobre esa situación. Tristemente he comprobado que muchos venezolanos nos consideran una especie de traidores por abandonar el país. Como siempre he dicho, la realidad de cada quien es distinta, y tanto la de los Otero como la de los Jahn nos indicó que era mejor por ahora tomar este camino. Nadie puede culparnos de esperar un futuro mejor para nuestros hijos. Como también he dicho antes, si pudiese ofrecerle a mis hijos la infancia que yo tuve en Venezuela, jamás habría soñado en emigrar.
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