Nos tocó un fin de semana largo y con muy buena compañía nos desplazamos hacia el sur al hermoso parque nacional de Waterton. El pueblo de queda entre las montañas rocosas (todavia nevadas), al lado de un bello lago.
En el viaje de ida nos detuvimos en un sitio donde hace miles de años los indios provocaban estampidas de búfalos para hacerlos caer por un precipicio. Todo un despliegue de avanzada técnica si me preguntan. La siguiente parada fue en el medio de un parque de molinos de viento, de ésos que generan energía eléctrica. Impresionante.
Pero el evento del viaje fue un paseo que hicimos todos a caballo por las praderas. Si nos hubiesen visto; pareciamos salidos de un episodio de Bonanza (o de la pequeña casa de la pradera).
Añadiremos este destino para llevar a los que nos visiten.
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